Las tradiciones musicales africanas están presentes en los litorales colombianos desde el mismo momento en que llegaron barcos negreros a Cartagena de Indias. Antes de ser esclavizadas y privadas de su libertad, las gentes de África contaban con sistemas de organización social muy complejos y con prácticas culturales muy diversas. La trata negrera fragmentó a las sociedades de la costa occidental africana y el cautiverio americano tuvo efectos adversos en su sobrevivencia, lo que hizo muy difícil la reconstrucción cultural y sociopolítica de los africanos desembarcados en lo que hoy es Colombia.
El tambor y los instrumentos de percusión son protagonistas de la música afrocolombiana. Este importantísimo legado africano a la cultura de las Américas sobrevivió gracias a las memorias de las instituciones tradicionales africanas durante la Colonia. Alrededor de los toques de tambor se decantaron tradiciones religiosas y políticas. Los cabildos y palenques del periodo colonial permitieron la reagrupación de gente recién deportada de África y de los esclavizados huidos. Estos dos modelos de resistencia dieron origen a formas de organización social de gran flexibilidad. En todas las comunidades afrocolombianas del país, la música y los instrumentos musicales propios son utilizados tanto en contextos rituales como de festividades carnavalescas.
En ritmos como el bullerengue, el mapalé, la puya, entre otros sobresale la presencia de tradiciones africanas y sobre todo de nuestro Folclor Colombiano, digno representante de nuestro país ante el mundo entero.
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